Las maquinitas

Andaba yo buscando desde hace tiempo un videojuego antiguo de un mono que iba saltando por una isla a lo plataformas y Cozuk y Aling me lo encontraron el otro día mientras estábamos en una reunión técnica de etsas.org (juro que cuando nos reunimos no nos pasamos todo el tiempo tonteando con juegos, también ponemos porno en el proyector en el aula de cultura).

Cuando chico me encantaba jugar a las maquinitas con mis primos en los bares. Este juego era uno de los que más nos gustaban. Resulta que se llamaba Toki.


Ahora me lo he bajado y lo he estado jugando con el emulador MAME y es dificilillo el condenao. Con razón no nos pasábamos de la primera fase. También nos encantaban otros clásicos como el Metal Slug, el Snowbros (y su imitación en piedra en vez de nieve) o el Cadillacs Dinosaurs (ese que van unos tíos matando a otros como por una ciudad y también salen algunos dinosaurios). Sin embargo, odiaba cuando llegaba a un bar y la maquinita era el Puzzle Bobble; el que con el tiempo, ahora es mi juego de recreativas preferido, buenísimo para jugar a dobles.


Antes con 5 duros (25 pesetas, 15 céntimos de €) tenías para una partida. Ahora se ha perdido la cultura de las máquinas recreativas y todo ha multiplicado su precio. Ya solo quedan máquinas en las salas de juegos de los multicines, y la partida más barata es 1 €, es decir, cerca de 7 veces lo que costaba una partida hace 10 años.